martes, 29 de abril de 2008

Delirio Matutino

Y sucumbí ante el grito unísono de “patovica mormón bisexual” un instante antes de que mi cabeza impacte contra ese paragolpes del auto, causándome 12 años de coma.

Desperté un martes 12 de abril, y ante mi sorpresa estaba siendo violado por Vladimir Putin, en su propia oficina. Situación desagradable. No había tiempo para pensar, o era él o yo así que tomé un pisa papeles y se lo incrusté en el oído izquierdo, provocándole pérdida de masa encefálica.

Me sentí aliviado… me subí los pantalones y salí a correr una carrera contra el tiempo… Nini Marshall me esperaba para jugar a las cartas. Había fernet, mucho fernet en juego y no podía dejar pasar la oportunidad de conocer su casa, en las alejadas colinas de Tafí Viejo en la que asistirían personajes afamados, millonarios, egocéntricos (why not) como Mario Escobar, el Bebe Contepomi, y un chofer de la línea 112 que una vez fue integrante de Les Luthiers.

Llegué, me atendió el mayordomo llamado Mark Van Der A que me indicó el camino hasta la cómoda de Nini, que estaba recostada en la silla de ruedas de su hijo y gritando “ayúdenme que no puedo ver” y con su hijo al lado, besándola, tocándola, escupiendola.

Interrumpí su juego sexual para presentarme y exigir que nos dirijamos a la mesa de juego… no había mucho tiempo… y sentía que alguien nos observaba…


Para mi sorpresa era más y nada menos que Stevie Wonder, que con su afilada mirada nos exigía que nos apresurásemos a jugar.

De repente, Batman que estaba vestido de mayordomo encendió la radio, ya que en esa extraña dimensión, el pequeño país era gobernado por un gobierno de puño de hierro. Puño de hierro y uñas al estilo francés, o al menos eso creí, cuando oí a la reina recitar su discurso, era nada más y nada menos que Susana Giménez, que había obtenido su título nobiliario hace apenas unos meses, lo había ganado en una extraña competencia: tirar ceniceros hacia un blanco móvil.

El blanco móvil de aquel memorable encuentro había sido un negrito, mechudo, gordo y desagradable, que luego de haber sufrido conmoción cerebral a causa de los innumerables cenicerazos que habían impactado en su parietal derecho, había pasado al salón eterno de la fama conocido como Diego Armando Maradroga.

Al margen de eso, traté de despejar mi mente alienada de esos extraños sucesos para concentrarme en el juego, al fin y al cabo no todos los días se puede ver un container lleno de fernets como premio de una mesa de juego.

Cuando estaba apunto de apostar todo, de ir all in, apareció una brigada liderada por Guillermo Francella y Mario Barakus, esa extraña brigada decía ser la guerrilla libertadora y estaba instándonos a unirnos en su causa, acepté de mala gana ya que no me parecía factible que lograramos una revolución con pistolas de agua, pero no podía discutir...




continuará...



BY Pollonzo & El Chino Cartón

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y vos delirás?